"Oh Reina de los Dolores, que resplandeces de sangre
como un rubí real lanza una llama roja,
los fórceps que te han echado al mundo en un tugurio,
con un signo obsceno te deben haber marcado el pecho.
En tus ojos, donde viaja un reflejo satánico,
En tus ojos, donde viaja un reflejo satánico,
el asesinato se agazapa bajo un terciopelo de fuego,
así como en el fondo de un cielo amorosamente azul
entre vientos perfumados flota un mal irónico.
Oh hermana, enfermera de hospital,
para nutrir mejor tus miradas de pájaro de presa
te has hecho al espectáculo repugnante, cruel y lleno de gozo
de la carne que se abre bajo el cuchillo mortal.
En el bullir rojizo y viscoso de vísceras,
En el bullir rojizo y viscoso de vísceras,
de músculos sajados, de tendones desnudos,
de nervios, donde aún vibra un deseo desconocido,
de glándulas extirpadas y de arterias flácidas,
tú hundes tus dos brazos blancos, con avidez,
tú hundes tus dos brazos blancos, con avidez,
mientras vaga una leve sonrisa por tus labios,
y, en la cabecera, donde sube la fiebre,
el moribundo te llama y te habla dulcemente.
Pues tu rostro, puro como el mármol, te da,
Pues tu rostro, puro como el mármol, te da,
bajo tu cofia de tela y tu toca negra,
oh, virgen del bisturí, virgen de corazón de hurón,
el resplandor sereno de una Madona.
En tu seno, los estiletes, las pinzas, las tijeras,
En tu seno, los estiletes, las pinzas, las tijeras,
la espátula, la sierra equívoca y las sondas,
joyas aterradoras y broches inmundos,
como un ramillete de acero brillan en manojos.
Tus dedos, finos para hundirse en el pus y en las heridas,
Tus dedos, finos para hundirse en el pus y en las heridas,
han adquirido el filo agudo de los escalpelos;
y el olor de tu cuerpo suave lleva recuerdos
de putrefacción rancia, que es lo que te alegra.
Pues tu alma de monstruo está loca de alegrías
Pues tu alma de monstruo está loca de alegrías
burlonas de la cama donde el moribundo se agita
con las convulsiones de la danza macabra,
y la Muerte tiene para ti una belleza plena de hilaridad.
¿Quién nos explicará tu histeria fúnebre,
¿Quién nos explicará tu histeria fúnebre,
pobre mujer, producto de este siglo corrupto?
Se dice que tu beso confunde la voluntad
y transmite a los huesos una lenta caries.
Pero en tu cuerpo viril crece un amor poderoso.
Pero en tu cuerpo viril crece un amor poderoso.
Como un vino orgulloso, lleno de rojo prestigio,
su rico olor de sangre evoca el vértigo
y roe el cerebro más que un pico de buitre.
Por eso, vencido en la coquetería de
Por eso, vencido en la coquetería de
tu forma divina y tus negros instintos,
adoro en ti, niña de siniestros Destinos,
el Horror trascendental y lo Extraño".
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